El candidato a la presidencia, Arturo Alessandri Palma, hizo suyo el discurso de las mejoras sociales e integró a la gran masa popular como un agente nuevo en el electorado nacional. Alessandri, conocido bajo el apodo del “León de Tarapacá” por su senaduría por esa región, atacó al Congreso afirmando que los parlamentarios no velaban por los verdaderos intereses del pueblo y de los sectores medios. Para sus partidarios, Alessandri representó una propuesta renovadora y de cambio en el poder frente a una oligarquía decadente.

Nuevos actores políticos se manifestaron en la campaña de 1920 e hicieron suyo el discurso alessandrista. Estudiantes y obreros se organizaron políticamente apoyando la candidatura del abanderado aliancista. La Federación de Estudiantes de Chile (FECh) imprimió una nueva mística en la campaña y presentaron a Alessandri como la esperanza de salvación nacional.

Alessandri asumió el gobierno en medio de enormes expectativas y el poder de las clases medias terminaron por asentarse en el gobierno. Sin embargo, durante su gobierno la situación laboral, los problemas de la “cuestión social” y la incorporación de los sectores populares no pudieron realizarse. La constante pugna entre el Presidente y el poder Legislativo no permitió el cumplimiento del programa propuesto en su candidatura.

Durante este período hubo numerosas huelgas y la obstrucción en el Congreso de las leyes sociales propuestas por el Ejecutivo terminaron por enemistar a ambos poderes. De esta manera, Alessandri recurrió a diferentes mecanismos para doblegar al Parlamento. Una de ellas fue llegar a acuerdo con las Fuerzas Armadas. La crisis financiera, social, política y la discusión de una dieta parlamentaria llevaron a la intervención de las Fuerzas Armadas el 5 de septiembre de 1924, hecho conocido como el “ruido de sables”. Los militares se tomaron el poder y Alessandri se fue al exilio para volver en 1925 e implantar, ese mismo año, una nueva Constitución de carácter presidencialista y laica. Décadas más tarde, su aplicación fue parcialmente suspendida durante el Régimen Militar, y luego, remplazada por la Constitución de 1980.