La educación pone la relación profesor-alumno en el base del proceso de construcción de aprendizajes.
Esta relación esta dada por un marco definido por una concepción curricular. Una visión del modo ideal del currículo, teniendo como elementos bases a la antropología, la filosofía, la sicología del aprendizaje y a la sociología. En la actualidad este currículo esta dominado por las teorías funcionalistas de la educación. Las vertientes más importantes de este enfoque son el enfoque curricular PARTICIPATIVO SOCIAL, que pone su acento en el aprendizaje y el cambio colectivo. Valora el currículo emergente, a partir de la realidad más cercana al alumno, con esto se definen los contenidos y las actividades. Luego, concibe un currículo integrado, en el que el aprendizaje se basa en temas, problemas o proyectos que atienden o atacan necesidades particulares del centro educativo, el entorno inmediato y la sociedad.
La otra vertiente esta dada por el enfoque del CURRÍCULO CENTRADO EN LA PERSONA. En él se prioriza el aprendizaje y el cambio individual, el objeto de la educación es la persona, y su posición ontológica está centrada enteramente en la existencia humana. Bajo esta concepción tenemos al currículum confluente, que valora los aspectos afectivos y emocionales, el currículo personalizado que pone el acento en los ritmos de aprendizaje individual. Construye el aprendizaje a partir del alumno, reconociendo en él, la existencia de una capacidad propia para construir su aprendizaje. El currículo cognitivo, que pone el acento en los procesos intelectuales de nivel superior, en el desarrollo de destrezas cognitivas de este se desprende la tesis del aprender a aprender, por último, el currículo recurrente, para el cual la educación y la enseñanza es un proceso continuo que debe tender siempre a llevar al alumno de lo más simple a lo más complejo.
Hecho esta descripción sigamos acercándonos al centro del quehacer escolar, la sala de clases. Para esto tomaremos como opción la educación centrada en la persona, la que además es una de las opciones implícitas en la Reforma educacional que el Mineduc plantea.
La educación personalizada, tiene 3 principios básicos, estos son
1- La libertad
2- La autonomía
3- La trascendencia.
Cada uno de estos principios debe estar presente a lo largo del todo el proceso de enseñanza-aprendizaje-desarrollo. Para algunos autores como Victor García Hoz, los 3 principios básicos para este currículum son:
1- Libertad
2- Singularidad
3- La apertura
De un Modo u otro se pone el acento en la persona y la diferenciación de cada uno de los miembros del grupo curso o grupo de aprendizaje.
Para llevar adelante este currículo, se requiere una ESTRATEGIA CURRICULAR. La que se refiere a la forma operativa de poner en acción la concepción curricular. Para determinar la eficacia de una estrategia curricular se deben considerar variables que relacionen la concepción con la REALIDAD, estos fundamentos son:
1- La antropología
2- Las expectativas de quienes aprenden (incluidos padres y apoderados)
3- Los recursos disponibles
4- Las características del medio social al que se atiende
5- El propósito y la organización social
6- Las teorías de aprendizaje.
Solo para efectos de precisar, recordaremos que los alumnos aprenden de distinto modo, así lo afirma el profesor Gardner, el que reconoce que la inteligencia se manifiesta a través de habilidades según sea el individuo. Así reconoce la de tipo verbal, lógica-matemática, espacial, musical, kinestésica, interpersonal, intrapersonal. De este modo entonces, nos encontramos con que quienes aprenden suelen tener expectativas muy diversas. Sumemos a esto, la consideración del estadio de desarrollo en el que se encuentra el alumno, la experiencia previa y las zonas de desarrollo próximo.