Indice
- Parlamentarismo en Chile
- Sintesis
Luego de la Guerra Civil de 1891, el país entró en una nueva fase políticoinstitucional, ya que con la muerte del presidente Balmaceda se puso fin a la existencia de un poder Ejecutivo fuerte. La revolución significó para el país la muerte de alrededor de diez mil víctimas, el fin del presidencialismo y la instauración de un nuevo régimen de gobierno: el parlamentarismo.
El surgimiento del régimen parlamentario chileno hay que comprenderlo a la luz de la Guerra Civil de 1891. El temor al autoritarismo presidencial y el trauma de esta lucha explicaron, en cierta medida, la progresiva concentración del poder político en manos del Congreso. El Ejecutivo era visto como una amenaza a la institucionalidad nacional y los partidos políticos se presentaron como los garantes del buen funcionamiento del gobierno.
En Chile, el parlamentarismo tuvo ciertas particularidades que difirieron de la forma clásica de este régimen. Se entiende por parlamentarismo el tipo de gobierno donde el Ejecutivo es encabezado por un monarca o presidente, que cumple la función de jefe de Estado y un Primer Ministro que ejerce como jefe de Gobierno. Los ministros desempeñan su cargo solo mientras cuenten con la confianza del parlamento, ya que son responsables políticamente ante él.
El modelo de sistema parlamentario clásico proviene de Gran Bretaña y entre sus características se cuentan:
- La existencia de un jefe de Estado (puede ser el rey o presidente de la República) que cumple un papel más simbólico de integración nacional, que de toma de decisiones. Y el Ejecutivo es un órgano colegiado presidido por un primer ministro.
- El Ejecutivo tiene la facultad de solicitar la disolución del Parlamento.
- A su vez, el primer ministro responde políticamente ante el Congreso.
El sistema parlamentario que se implementó en Chile entre 1891 y 1924 tuvo ciertas particularidades que no permiten hablar de un régimen parlamentarista como el de Gran Bretaña.

Características del parlamentarismo en Chile
Esta época ha sido motivo de diferentes interpretaciones historiográficas, que hasta el día de hoy no han llegado a un consenso definitivo. Para muchos, entre los que se cuentan Gonzalo Vial y Alberto Edwards, el parlamentarismo terminó por sumir en una crisis política y moral a Chile. Para otros, como Julio Heise, sentó las bases del proceso democratizador del siglo, permitiendo la libertad electoral y la participación de los diferentes sectores de la sociedad en la vida pública.
El resultado de la pugna entre el Congreso y el presidente, que terminó con la Guerra Civil en 1891, fue el origen del período parlamentario que se extendió hasta 1924, cuando se produjo otro quiebre institucional a manos de la oficialidad joven del Ejército. Desde mediados del siglo XIX, este régimen de gobierno trató de imponerse en Chile, coincidiendo con la consolidación de los partidos políticos. Por ende, el parlamentarismo respondió también a una evolución política propia del ideario liberal decimonónico. Sin embargo, este sistema se implementó con ciertas peculiaridades, pudiendo afirmarse la existencia de un “parlamentarismo a la chilena”. La característica central de este régimen en Chile fue la consolidación del poder del Congreso sobre el Ejecutivo.
Pero existen otras particularidades de este régimen en el país:
- Régimen inorgánico. Esto quiere decir que el sistema parlamentario en Chile no contó con un marco constitucional que estableciera específicamente este tipo de régimen. Para sus efectos, el Congreso utilizó la Constitución de 1833 de carácter presidencialista, pero limitando las atribuciones del presidente a través de una serie de reformas constitucionales y prácticas determinadas. La aprobación de la Ley de Comuna Autónoma y la de Incompatibilidades parlamentarias contribuyeron a anular el poder del presidente. La primera estableció la independencia de los municipios respecto del Ejecutivo y la elección de sus miembros a través del voto popular. La segunda impedía ser parlamentario y funcionario público al mismo tiempo con el fin de imposibilitar la defensa de las políticas presidenciales por parte de los funcionarios públicos.
- Responsabilidad política de los gabinetes. Esta fue una práctica al margen de la Constitución, que consistió en la responsabilidad política que tuvieron los ministros frente al Parlamento, ya que debieron contar con la confianza de este último. El Congreso terminó por subordinar a los ministros de Estado a través de dos prácticas fiscalizadoras: las interpelaciones y los votos de censura. Las primeras consistieron en la interrogación que cualquier parlamentario podía hacer a un ministro en relación a la agenda pública. El voto de censura significó que el ministro no contaba con la aprobación del Parlamento y por lo tanto debía presentar su renuncia.Además el Congreso tuvo la facultad de rechazar proyectos que formaban parte del programa del gabinete. De esta manera, el ministro, ante una votación adversa, presentaba su renuncia, implicando la dimisión de todos los otros miembros del gabinete, como una manera de solidarizar con el ministro que renunciaba. En Chile la responsabilidad política fue colectiva, lo que terminó por originar una serie de rotativas ministeriales.
- Ausencia de limitaciones a las facultades políticas del Parlamento. Mientras en otros países con regímenes parlamentaristas como Gran Bretaña, el jefe de Estado cuenta con la capacidad de disolver el Congreso y convocar a elecciones, esta facultad no se puso en práctica en Chile. A esto debemos sumar la poca reglamentación de la función fiscalizadora del Parlamento, ya que ambas cámaras contaron con iguales facultades. En este sentido, la aprobación de las Leyes Periódicas fue utilizada por el Congreso como una manera de ejercer presión frente al Ejecutivo y así hacer que el gobierno representara la mayoría del Parlamento. Estas disposiciones, entre las que se contaban la ley de presupuesto, la ley de contribuciones y la ley de las Fuerzas Armadas, debían ser aprobadas por el Congreso cada doce o dieciocho meses para poder continuar gobernando.
- Inexistencia de la clausura del debate. Originó una obstrucción continua para la aprobación de diferentes proyectos, ya que las discusiones parlamentarias al interior del Congreso se eternizaron. Además, esta práctica benefició a las minorías políticas, que vieron en esta facultad la instancia para hacerse escuchar.
- Imprecisión en las funciones de jefe de Estado y jefe de Gobierno. El Ministro del Interior fue asimilado a la figura de Primer Ministro, mientras que las atribuciones del presidente fueron disminuyendo, perdiendo relevancia política.
- Sistema multipartidista. En nuestro sistema parlamentario existían seis partidos diferentes, mientras que en el régimen parlamentario tradicional existen dos. Sin embargo, los diferentes partidos chilenos tendieron a agruparse en dos bandos: la Alianza liberal y la Coalición.

Dirección del Gobierno
Después de los hechos de 1891 y producto de la evolución social que estaba viviendo el país desde el siglo XIX, los sectores medios fueron entrando en la escena política nacional. Profesionales, artesanos y funcionarios públicos se posicionaron en el aparato administrativo y comenzaron a adquirir conciencia de sus propios intereses y a buscar representación política.
Esto no significó la salida de la aristocracia de la política y menos del ámbito social. La oligarquía continuó siendo, durante la mayor parte del período parlamentario, la clase social con mayor representación en los diferentes ámbitos de la vida nacional. Sin embargo, a partir de 1920 y producto de la candidatura de Arturo Alessandri, las clases medias ocuparon el lugar protagónico que antes tenía la aristocracia. Desde entonces, este grupo, junto con los obreros, se transformarían en elementos clave de las futuras candidaturas presidenciales y participantes activos de los partidos políticos.
Este surgimiento meritocrático se debió también a la presencia de las primeras mujeres profesionales, las que provenían de los sectores medios. La existencia de médicos, abogadas y profesoras insertó a la mujer en el mundo laboral, que terminó por exigir derechos políticos y sociales. La profesora Amanda Labarca abogó por las mejoras sociales de las chilenas e impulsó una lucha durante el siglo XX por la obtención de los derechos civiles de las mujeres. Sus protestas fueron escuchadas y recién en marzo de 1925 se levantó la incapacidad legal de las mujeres, que hasta entonces eran consideradas menores de edad.
Evolución y fin del parlamentarismo en Chile
El sistema parlamentario caracterizado por el predominio del Congreso y los partidos políticos por sobre el ejecutivo rigió en el país cerca de tres décadas. Durante dicho período, este sistema presentó aspectos positivos y negativos, que veremos a continuación.
Entre los aspectos positivos encontramos:
- Un proceso de apertura electoral que nunca antes había experimentado el país. A pesar de los casos de corrupción, el hecho de poner fin a la intervención electoral del presidente significó una participación ciudadana que fue creciendo a medida que avanzaba el siglo XX.
- El surgimiento de un proceso democratizador, que consistió en una mayor toma de conciencia política por parte de los ciudadanos. El historiador Julio Heise afirma que el parlamentarismo hizo las veces de escuela cívica y sentó las bases de la democracia social contemporánea.
- La paz exterior que consiguió Chile con sus países vecinos a raíz de la firma de diferentes tratados limítrofes. Como, por ejemplo, el tratado firmado con Bolivia bajo el gobierno de Germán Riesco en 1904, el cual contempló la entrega definitiva de Antofagasta a Chile, entre otros aspectos.
- A pesar de la continua rotativa ministerial, la estabilidad institucional quedó demostrada en el respeto por las libertades públicas y en la sucesión de gobiernos de manera ordenada y sin violencia.
Algunas de las debilidades del parlamentarismo chileno consistieron en:
- La rotativa ministerial, que se tradujo en un obstáculo para la realización de los proyectos gubernamentales. Resultaba difícil llevar a cabo los programas, ya que los gabinetes duraban entre tres o cinco meses.
- La ineficiencia legislativa del Congreso, ya que acentuó su función fiscalizadora y muchos proyectos de ley, como los de los ámbitos laborales y sociales, tomaron años en sacarse adelante. Ejemplo de esta lentitud legislativa fue la aprobación de la Ley de Instrucción Primaria Obligatoria (que aseguraba la gratuidad y obligación de la educación primaria fiscal para toda la población) promulgándose recién en 1920 después de haber pasado cerca de 11años en carpeta. Además, una de las grandes preocupaciones del Parlamento consistió en las acusaciones de fraude en las elecciones.
- La corrupción, ligada al sistema electoral y a las prácticas de la compra de votos y a los cacicazgos.
- La escasa legislación en materia social y laboral, que no dieron solución a los problemas de la “cuestión social” y movilizaron a los obreros a luchar por sus derechos.
Crisis del sistema parlamentario
Diferentes acontecimientos y las propias falencias del régimen parlamentario lo llevaron a su fin. Las elecciones presidenciales de 1920 aceleraron la crisis de este sistema y condujeron al país a una nueva etapa de la historia política nacional.
Los diferentes vacíos que presentó el sistema parlamentario sirvieron para que muchas voces se unieran en pro de reformas que mejoraran este régimen en Chile. Sin embargo, estas transformaciones no fueron lo suficientemente efectivas para perfeccionar el parlamentarismo, y las críticas no tardaron en aparecer. Tanto en Europa como en Chile los ataques contra el parlamentarismo se intensificaron y la idea de regresar al sistema compuesto por un Ejecutivo fuerte cobró fuerza.
Durante la década de 1920, los desequilibrios sociales se agudizaron y las desigualdades entre las clases se fueron haciendo cada vez más visibles. Con la llegada de los emigrantes a Santiago, los problemas de vivienda, los bajos salarios, la promiscuidad y el alcoholismo estaban a la orden del día. Al mismo tiempo que estos problemas empeoraron comenzaron a divulgarse las ideas socialistas y anarquistas que encontraron en la masa obrera un excelente receptor. Los trabajadores se organizaron en diferentes organismos.
Pero la sombra de los problemas partidistas y la lucha entre el Legislativo y el Ejecutivo volvieron a hacerse presentes. Ya hacia 1920 el problema de la “cuestión social” era una realidad que no se podía negar. Las elecciones presidenciales de 1920 terminaron con el régimen parlamentario. Estas tuvieron un carácter totalmente novedoso en la manera de hacer la campaña presidencial y en el discurso de los candidatos, sobre todo del liberal Arturo Alessandri, quien se presentó desde el primer momento con un ideario populista, antioligárquico y contrario al régimen político y social establecido. Los cambios que propugnaba Arturo Alessandri eran estructurales, no bastaba con hacer modificaciones. El período de elecciones fue tenso, los adversarios políticos vieron con temor y surgieron odiosidades, que terminaron por minar la búsqueda de acuerdos.
Sintesis Parlamentarismo en Chile
El parlamentarismo en Chile se caracterizo por el predominio del Congreso y los partidos políticos por sobre el ejecutivo, rigiendo en el país cerca de tres décadas.
